¿Qué es el absentismo laboral y cómo reducirlo?

El absentismo laboral, o también llamado ausentismo laboral, es la ausencia del empleado o empleada en su puesto de trabajo y en las funciones que suponen su responsabilidad.

El VIII Informe sobre Absentismo de Adecco indica que este es uno de los problemas que más afectan a las empresas españolas, ya que la tasa de absentismo se sitúa en un 5,3%.

Dicho de otra manera: según este informe, cada trabajador se ausenta de media de su puesto laboral unas 87 horas.

Esto tiene consecuencias obvias sobre el clima laboral, ya que gestionar las ausencias de los trabajadores (ya sean ausencias justificadas por enfermedad o accidente o no) es bastante difícil.

En esta situación los responsables se plantean tomar medidas para evitar las consecuencias del absentismo laboral, como problemas de salud mental y la alta rotación de personal.

¡Sigue leyendo para descubrir todo acerca del absentismo laboral y cómo evitarlo en tu empresa!

Tipos de absentismo laboral

Esta situación tan desfavorable para las empresas y para los equipos de trabajo se puede manifestar de muchas maneras diversas. A continuación, explicamos cuáles son los tipos de absentismo laboral más comunes.

Absentismo justificado

La vida personal y familiar de los trabajadores puede experimentar cambios que provoquen este absentismo. Pueden ser tanto circunstancias positivas como negativas. Ejemplo de ello es la baja por maternidad o paternidad, la baja por riesgo durante el embarazo o la incapacidad temporal por algún accidente o enfermedad.

Sea cual sea la circunstancia, es necesario que el empleado se ponga en contacto con Recursos Humanos para delimitar cuánto tiempo estará fuera. Esto es fundamental para la empresa, ya que debe comenzar un proceso de búsqueda de un candidato que supla al trabajador de baja.

Absentismo no justificado

El trabajador o trabajadora no acude a su puesto laboral, aunque había previsión de que así lo hiciera.

No se ha presentado ninguna justificación de antemano y el líder del equipo se ve de forma imprevista con la ausencia de este trabajador y con la pausa correspondiente en los asuntos de su responsabilidad.

Si se da una situación en la que el absentismo no justificado se repite, será necesario aplicar el despido disciplinario.

Absentismo presencial

Esa persona se presenta en su puesto laboral, pero emplea el tiempo dedicado a sus responsabilidades laborales en otras tareas personales o, simplemente, la pérdida de tiempo para evitar cumplir con sus obligaciones.

Las excesivas pausas para el café, para fumar o para el usar servicio, así como la consulta de páginas personales son algunos ejemplos de absentismo presencial.

Es necesario prestar atención a este tipo de conductas durante la jornada laboral, ya que puede ser el primer síntoma de un absentismo presencial que será negativo para el equipo.

Desventajas del absentismo en el entorno laboral

Asimetría en la carga de trabajo. Mientras un miembro del equipo está ausente, sus responsabilidades deben ser asumidas por los demás. Esto crea una situación de carga asimétrica que solo provoca malestar y rechazo. domésticas.
Ralentización de los ritmos y procesos diarios. Nos encontremos ante el tipo de absentismo que nos encontremos este provoca una disminución de productividad en el equipo. La principal consecuencia es una falta de motivación en cada uno de sus miembros, ya que no cumplen con los objetivos y metas establecido.

Generación de un ambiente laboral tóxico. Precisamente, la falta de compromiso de una persona del equipo y la obligación de asumir sus responsabilidades, unido a las llamadas de atención de mandos superiores para cumplir con las metas, genera un estado de estrés, ansiedad y enfado que conviene evitar.
Alta rotación. En muchos casos, las empresas se ven obligadas a contratar personal de forma temporal, quedando un puesto o varios puestos con alta rotación. Esto impide que ese departamento pueda crecer y, sobre todo, no permite que haya una continuidad o estrategia a largo plazo.
Disminución de los ingresos. La disminución de la eficiencia del equipo genera una disminución de la productividad. A su vez, esta provoca la no consecución de los objetivos comerciales establecidos, creando una situación en la que la disminución de los ingresos de la empresa es su escenario más favorable.

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