Cincuenta millones de razones para trabajar en mejorar la Calidad de Vida
Cuando hace unos días los noticiarios daban cuenta de proyecciones estadísticas que señalan que España contará con cincuenta millones de habitantes en unos pocos años, no ha habido muchos que recordasen todos los cambios que están detrás de estas previsiones. Empezando, quizás, por la percepción que ahora se tiene sobre el crecimiento y las transformaciones demográficas, cuando hace media docena de años se decía todo lo contrario. Es decir, que la población decrecería y se envejecería irremediablemente. Mientras que ahora se vuelve a resaltar que las expectativas de vida se siguen ampliando y que las pirámides de población no envejecen tan rápidamente gracias a lo que supone, en parte, el rejuvenecimiento de la inmigración.Detrás de esta cifra están, además, cincuenta millones de proyectos vitales, que hay que enmarcarlos en una sociedad avanzada. Que ve cómo cambian sus pautas familiares, cómo se desarrollan programas de integración de la diversidad y cómo se espera que aparezcan nuevos servicios a las familias y a las personas, con lo que todo ello supone para la contribución a la mejora de la calidad de vida colectiva. Pero también a la competitividad y al crecimiento económico, pues detrás de todas estas demandas de nuevos servicios hay múltiples oportunidades para implantar actividades empresariales y para aplicar políticas públicas que permitan responder a las nuevas necesidades.
Estas iniciativas, además, se aprovecharán de la creciente eficiencia de las infraestructuras tecnológicas y las capacidades empresariales ya existentes. Pues las nuevas actividades generarán servicios modernos en que las tecnologías de las comunicaciones y del procesamiento de datos permitirán ofertas personalizadas. Asimismo, las capacidades que se tienen en los sectores financiero, asegurador, sanitario o de gestión de recursos humanos, por citar algunos, facilitarán el que se puedan cualificar adecuadamente a los profesionales que se van a necesitar, o se puedan dar la cobertura financiera adecuada apoyándose en el ahorro individual previsor y en las ayudas públicas para desarrollar el cuarto pilar del Estado del Bienestar.
Y es que los cincuenta millones de ciudadanos van a necesitar que se desarrollen políticas de conciliación, de apoyo a las personas dependientes, de integración e igualdad y, en definitiva, de calidad de vida y nuevas formas de vivir las ciudadanías avanzadas y no discriminatorias y solidarias. Y también que los tejidos empresariales, a la vez que se expanden hacia nuevas oportunidades de negocio, vean el interés de participar en estos procesos para mejorar tanto su posicionamiento e imagen, como para retener el talento ofreciendo mejores condiciones laborales. Por lo que detrás de la cifra señalada reiteradamente se esconden múltiples razones vitales, empresariales y políticas para abordar todas las facetas de las nuevas realidades sociales.
En esta línea, y a fin de avanzar en el análisis de las múltiples oportunidades que se atisban y también en cómo se están empezando a gestionar los nuevos retos tanto aquí como en otras latitudes, la Fundación Alares ha organizado un Congreso Internacional (20 y 21 de febrero, inscripciones: www.congresointernacionalares.com) en el que se van a dar cita muchos de los innovadores que están tratando de ver cómo llega el futuro. Y también de qué había que hacer para que el mismo sea un venturoso horizonte para los cincuenta millones de ciudadanos que seremos en los albores del nuevo milenio.
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