El año 1 de la Ley de Emprendedores
Emprendedores y autónomos llevan un año conviviendo con una norma que tardó mucho en llegar y que no termina de convencer a sus destinatarios. Hacemos un repaso a sus principales puntos fuertes y, también, a sus deficiencias.
La Ley fue adoptada por el Congreso de los Diputados el 19 de septiembre de 2013 con la intención de sentar las bases de la creación de empresas pero, como apunta Javier Benavente Barrón, fundador y presidente de Alares y, sobretodo, emprendedor y empresario, «esta ley podría haber supuesto un salto cuantitativo importante en la creación de empresas y también en potenciar la voluntad y el arrojo de muchas personas a crearse su propio empleo y su propia empresa». En cambio, Benavente, que también es presidente de la Asociación Española de Empresas de Servicios a la Persona, cree «que no ha sido así» porque el «potencial se ha visto reducido a la mínima expresión hasta julio del presente año». Aún así, Benavente apunta que «mejor es esto que nada».
Principales deficiencias
Julia Sainz, responsable del Área de Nueva Empresa de Avalmadrid, también cree que era una ley necesaria y que tiene cosas buenas, pero también algunos defectos que tendrá que corregir. Entre las mayores deficiencias, Sainz apunta a que el IVA de caja no ha funcionado bien. Esta medida, un de los principales pilares de la Ley, pretendía que las pymes y autónomos pudieran aplazar el pago del IVA hasta el momento del cobro de la factura. De hecho, el ministro de Hacienda, Critóbal Montoro, admitió en septiembre que la propuesta no terminaba de funcionar como se habría previsto, entre otras razones, por el rechazo de las grandes empresas.
Desde la CEOE apuntan a que la norma «ha servido de estímulo o acicate en parte, pero no de espaldarazo, pues han fallado medidas que incentivan la contratación y la bonificación de las cuotas de la Seguridad Social; así como acciones destinadas a la formación en el ámbito del emprendimiento. El organismo afirma que «los empresarios echamos en falta un capítulo relativo a la economía sumergida dirigido a propiciar su afloramiento y regularización. Javier Benavente añade que «evidentemente, la Ley que tenemos es un paso adelante aunque claramente insuficiente, le falta atrevimiento y valentía para afrontar de una vez por todas esta cuestión. ¿Resultados positivos? sí. ¿Espaldarazo a la creación de empleo?, pues no, muy lejos de lo que podría ser, aunque algo es algo, menos sería si no se hubiera hecho nada».
Tarifa plana
El presidente de Alares no comparte el criterio que se ha puesto en la Ley sobre una tarifa plana por un tiempo determinado independientemente de los resultados del negocio. «El tiempo pasa volando y los negocios tardan mucho en empezar a dar algo de fruto», señala Benavente. Para el empresario, se debería hablar de «niveles de facturación o de beneficios, eso es lo que realmente cuenta, pues es lo que paga las cotizaciones al estado, no el tiempo que le cueste conseguirlo, y más en un periodo como el que vivimos donde el consumo ha caído a niveles increíbles y donde conseguir pagar el alquiler o sacar para conseguir ir al mercado se convierte en toda una aventura. No hay consumo, no hay ventas». Para Benavente, «es evidente que los que hacen las leyes nunca han sido emprendedores y menos aún empresarios» por lo que lamenta que las propuestas que se hacen desde asociaciones empresariales queden en saco roto.
Burocracia: «legislar menos y mejor»
Desde la CEOE creen necesario una mayor agilidad de la Administración. «Para los empresarios es esencial que se produzca una profunda simplificación administrativa que fomente e impulse la competitividad y la eficiencia de nuestro marco legal. Lo hemos dicho en distintas ocasiones: se debe legislar menos y legislar mejor».
Para el organismo, «las empresas españolas han de atender a cuatro niveles de la Administración diferentes (local, regional, nacional y europeo), lo cual nos obliga, más si cabe, a tratar de configurar un ordenamiento legislativo más claro, simple, eficiente y coordinado. De lo contrario, nuestras empresas se verán perjudicadas al operar en un entorno cada vez más competitivo y más global».
Julia Sainz, de Avalmadrid, también se hace eco de esta necesidad ya que, según apunta, «los trámites para crear empresas se han reducido, pero la percepción de los empresarios es que sigue siendo más difícil crear una empresa en España que en otros países».
Imitar a los que lo hacen bien
Javier Benavente señala que «el Gobierno debería copiar medidas que ya se han implantado con éxito en otros países e intentar innovar y mejorarlas para ser aún más competitivos que esos países que ahora van por delante». En concreto, apunta a Francia y a otros países de Europa donde existen figuras como la del «Auto Emprendedor». Para el presidente de Alares, esta medida ha mostrado su éxito a través de la creación de millones de empleos y en importantes ingresos para el Estado.
¿Y la financiación?
Otro de los pilares fundamentales de la Ley era la financiación. Con la norma se pretendía reforzar el sistema público de avales y de garantías públicas; pero, Sainz, reclama que se pueden abrir más alternativas de financiación como una mayor intervención del ICO.
Fuente: Dirigentes Digital
http://www.dirigentesdigital.com/articulo/pymes-y-emprendedores/216702/ano/1/ley/emprendedores.html
Redactado por : Sandra Moya
Principales deficiencias
Julia Sainz, responsable del Área de Nueva Empresa de Avalmadrid, también cree que era una ley necesaria y que tiene cosas buenas, pero también algunos defectos que tendrá que corregir. Entre las mayores deficiencias, Sainz apunta a que el IVA de caja no ha funcionado bien. Esta medida, un de los principales pilares de la Ley, pretendía que las pymes y autónomos pudieran aplazar el pago del IVA hasta el momento del cobro de la factura. De hecho, el ministro de Hacienda, Critóbal Montoro, admitió en septiembre que la propuesta no terminaba de funcionar como se habría previsto, entre otras razones, por el rechazo de las grandes empresas.
Desde la CEOE apuntan a que la norma «ha servido de estímulo o acicate en parte, pero no de espaldarazo, pues han fallado medidas que incentivan la contratación y la bonificación de las cuotas de la Seguridad Social; así como acciones destinadas a la formación en el ámbito del emprendimiento. El organismo afirma que «los empresarios echamos en falta un capítulo relativo a la economía sumergida dirigido a propiciar su afloramiento y regularización. Javier Benavente añade que «evidentemente, la Ley que tenemos es un paso adelante aunque claramente insuficiente, le falta atrevimiento y valentía para afrontar de una vez por todas esta cuestión. ¿Resultados positivos? sí. ¿Espaldarazo a la creación de empleo?, pues no, muy lejos de lo que podría ser, aunque algo es algo, menos sería si no se hubiera hecho nada».
Tarifa plana
El presidente de Alares no comparte el criterio que se ha puesto en la Ley sobre una tarifa plana por un tiempo determinado independientemente de los resultados del negocio. «El tiempo pasa volando y los negocios tardan mucho en empezar a dar algo de fruto», señala Benavente. Para el empresario, se debería hablar de «niveles de facturación o de beneficios, eso es lo que realmente cuenta, pues es lo que paga las cotizaciones al estado, no el tiempo que le cueste conseguirlo, y más en un periodo como el que vivimos donde el consumo ha caído a niveles increíbles y donde conseguir pagar el alquiler o sacar para conseguir ir al mercado se convierte en toda una aventura. No hay consumo, no hay ventas». Para Benavente, «es evidente que los que hacen las leyes nunca han sido emprendedores y menos aún empresarios» por lo que lamenta que las propuestas que se hacen desde asociaciones empresariales queden en saco roto.
Burocracia: «legislar menos y mejor»
Desde la CEOE creen necesario una mayor agilidad de la Administración. «Para los empresarios es esencial que se produzca una profunda simplificación administrativa que fomente e impulse la competitividad y la eficiencia de nuestro marco legal. Lo hemos dicho en distintas ocasiones: se debe legislar menos y legislar mejor».
Para el organismo, «las empresas españolas han de atender a cuatro niveles de la Administración diferentes (local, regional, nacional y europeo), lo cual nos obliga, más si cabe, a tratar de configurar un ordenamiento legislativo más claro, simple, eficiente y coordinado. De lo contrario, nuestras empresas se verán perjudicadas al operar en un entorno cada vez más competitivo y más global».
Julia Sainz, de Avalmadrid, también se hace eco de esta necesidad ya que, según apunta, «los trámites para crear empresas se han reducido, pero la percepción de los empresarios es que sigue siendo más difícil crear una empresa en España que en otros países».
Imitar a los que lo hacen bien
Javier Benavente señala que «el Gobierno debería copiar medidas que ya se han implantado con éxito en otros países e intentar innovar y mejorarlas para ser aún más competitivos que esos países que ahora van por delante». En concreto, apunta a Francia y a otros países de Europa donde existen figuras como la del «Auto Emprendedor». Para el presidente de Alares, esta medida ha mostrado su éxito a través de la creación de millones de empleos y en importantes ingresos para el Estado.
¿Y la financiación?
Otro de los pilares fundamentales de la Ley era la financiación. Con la norma se pretendía reforzar el sistema público de avales y de garantías públicas; pero, Sainz, reclama que se pueden abrir más alternativas de financiación como una mayor intervención del ICO.
Fuente: Dirigentes Digital
http://www.dirigentesdigital.com/articulo/pymes-y-emprendedores/216702/ano/1/ley/emprendedores.html
Redactado por : Sandra Moya